Dedicado a la celebración del Día Nacional de las Iglesias Cristianas, Evangélicas y Protestantes en Chile, 31 de octubre del 2006
1º.-Los orígenes de la Reforma
Los mil años ocurridos desde el siglo V, hasta el siglo XV se caracterizaron por la pérdida gradual de los principios apostólicos dejados por Jesucristo y los Apóstoles, diversas influencias de origen pagano así como la ignorancia en la cual se sumergió la cultura europea, permitieron que la fe cristiana se tornara superficial, supersticiosa y lejana a las enseñanzas bíblicas, la llegada del Renacimiento sorprende a la Iglesia Católica de Occidente, con el neo paganismo y el humanismo suplantando a Jesucristo, un papado lleno de poder y lujos nunca antes visto, las cosas sagradas tasadas al valor del dinero circulante. La alta jerarquía eclesiástica, particularmente la de Roma se tornaba frívola y más inclinada al arte, la música y el humanismo pagano, un papado interesado en recaudar dineros para la construcción de la Iglesia Basílica de san Pedro que simbolice y perpetúe su poderío, lo lleva a crear un sistema de recaudación basado en la venta de indulgencias, que se predicaron en todo el mundo católico romano.
En el año 1517, un religioso agustino de 34 años y profesor de teología bíblica llamado Martín Lutero, protesta por la venta de las Indulgencias con un documento publico que contiene 95 tesis, las clava en la puerta de la Iglesia de la capilla de Wittenbeg – Alemania. Casi todas aquellas tesis, como su posterior sermón sobre “De las Indulgencias y la Gracia” describen las injusticias de la venta del perdón, una especia de seguro en contra de las penas del purgatorio. En Sajonia las indulgencias eran predicadas y cobradas por el fraile dominico Juan Tetzel, de acuerdo con el arzobispo de Magdeburgo, que se quedaba con la mitad de lo recaudado, la otra mitad se enviaba a Roma para pagar los gastos de la construcción de la basílica de san Pedro.
La protestan de Lutero motivó una violenta reacción de Roma, el Papa León X envió varios emisarios para acallar a Lutero, pero no lo consiguió, ante lo cual en 1520 lo condenó por hereje en la Bula “Exusurge Domine” (un jabalí a invadido nuestra viña), el monje reaccionó de inmediato, quemó la Bula papal y procedió a excomulgar al Papa. Las relaciones estaban rotas irremediablemente, a menos que Lutero se retractara, pidiera perdón y se sometiera a la disciplina de la Iglesia. El Príncipe Elector de Sajonia, Federico, protegió a Lutero, y consultó una salida con el Emperador Carlos V, este se mostró dispuesto a que Lutero compareciera ante el parlamento reunido en Worms, a dar cuenta de sus doctrinas, aún cuando siempre pensó que Lutero era un hereje notorio, pero aún así lo proveyó de un salvo conducto que evitaría ser apresado por la inquisición. En el Parlamento reunido en abril de 1521. Lutero manifestó sus inmortales palabras que dan origen al hombre moderno; conminado a retractarse declaró: “Pues que Vuestra Majestad Imperial y Vuestras Altezas demanda breve y sencillas respuestas, yo la daré sin dientes ni cuernos. A menos de ser convencido por las Sagradas Escrituras o por razones claras, explícitas y manifiestas razones, yo no puedo retractarme. Ni a los concilios ni al Papa me es dado posponer mis convicciones, desde que tantas veces unos y otros se equivocaron. Es mi conciencia esclava de la Palabra de Dios, y actuar en contra de la conciencia ni es bueno ni honorables”. “Yo no puedo obrar de otra manera. Aquí estoy. ¡Dios me ayude! Amén”.
El día 26 de abril Lutero abandonó Worms, amparado por el salvo conducto imperial, pero el día 26 de mayo, el Emperador expidió el decreto de proscripción en contra de Lutero, así el Fraile estaba condenado por la Iglesia y por el Imperio, a partir de ese momento su vida no valía nada, cualquiera lo podría matar sin dificultad alguna e incluso ganando el favor y la recompensa del Imperio y de la Iglesia.
En el viaje de regreso a Wittenberg Lutero es “secuestrado” por un grupo de caballeros a las ordenes del Príncipe Federico, éste lo esconde en el Castillo de Wartburg, para evitar que fuera llevado a Roma y ser allí quemado, en ese lugar se dedicó a traducir el Nuevo Testamento a la lengua germana, y con esa obra dio formas al idioma Alemán moderno.
Lutero regreso pronto a Wittenberg para enfrentar a los extremistas fanáticos iluminados, que creyéndolo muerto interpretaron erróneamente sus enseñanzas sobre la Libertad Cristiana. Lutero aborrecía las rebeliones armadas, y trato de hacer justicia a los campesinos explotados por los nobles alemanes que querían tomar el poder. Pero cuando los campesinos se levantaron en armas y cometieron todo tipo de asesinatos y saqueos Lutero se torno en contra de ellos con un lenguaje furioso y horrorizado urgió a que se sofocara la rebelión, la cual terminó después de dejar 100.000 muertos de ambos bandos.
El 13 de junio de 1525 Martín Lutero contrajo matrimonio con la ex monja Catalina von Bora, con lo cual la ruptura del Fraile con Roma se torno sin retorno, de este matrimonio nacieron seis hijos y dio origen al modelo del hogar pastoral evangélico que se impondría más adelante. Lutero continuó escribiendo para nutrir a la Iglesia de una doctrina evangélica acorde a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, así escribió el directorio del nuevo culto, llamado “La misa Alemana”, terminó la traducción de Antiguo Testamento, con lo cual completo toda La Biblia en idioma del pueblo, miles de sermones, cartas y defensas de la fe, tratados sobre los sacramentos, planes para la educación de los niños, tratados sobre el matrimonio, los catecismos menor para niños y mayor para los adultos, sus alumnos recopilaron sus charlas de sobre mesa, creando un sabroso tratado llamado precisamente: “Charlas de sobre mesa”. Después de conseguir que los príncipes alemanes evangélicos, y sus compañeros teólogos impusieran al Emperador la “Confesión de Ausburgo”, que contiene los fundamentos de la fe evangélica protestante, la fe evangélica, (como la denomino Lutero) se expandió rápidamente en el Norte de Alemania y Europa.
Él término “Protestante” surgió en 1529 cuando en la ciudad alemana de Spira los principies y nobles seguidores de las enseñanzas de Lutero protestaron ruidosamente contra el decreto del Emperador Carlos V, que quería obligarlos a retornar al catolicismo, pronto la fe protestante se extendió fuera de Alemania, primero hacia el Báltico: Dinamarca, Suecia, Noruega, Islandia y Finlandia, también los predicadores luteranos entraron en Suiza, Holanda, Hungría, Polonia, Italia, Francia, y España; en esta última la Iglesia fue cruelmente destruida, aún cuando dos de sus miembros lograron escapar con vida; Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, que dedicaron sus vidas a traducir la Biblia al Español. En el siglo XVII los emigrantes y misioneros alemanes y escandinavos llevaron la fe evangélica a América del Norte, Australia y África, los variados intentos de penetración en la América Española fueron ahogada con sangre por la inquisición.
El 18 de febrero de 1564, a los 62 años de edad, Martín Lutero, muere en la misma ciudad que le vio nacer, Eisleben, cuando fue a solucionar problemas de dos nobles de esa ciudad. Su cuerpo descansa en la Capilla de la Universidad de Wittenberg.
La fe evangélica difundida en Suiza y Francia adquirió pronto características propias con Ulrico Zwinglio, y Juan Calvino, quienes dieron un mayor impulso a las Iglesia protestantes, llamadas desde entonces Reformadas o Calvinistas, entre ellas desde Suiza y Holanda con la influencia de los refugiados anabaptistas surgen las Bautistas, especial atención merece la reforma iniciada por los Luteranos en Escocia e Inglaterra, que después influenciadas por Calvino creara las Iglesias Presbiterianas y Anglicanas, en Francia los Calvinistas denominados Hugonotes libraran una épica lucha de martirios y persecuciones sin cruento, sus millares de exiliados feligreses, llevaran el evangelio a latitudes tan lejanas como Canadá, los actuales Estados Unidos de América, Sur África y Chile. Holanda será escenario de una lucha dura y sostenida para lograr tanto la Independencia nacional de España como la practica de la fe reformada, la cual también proyectará en sus colonias de América. La contra reforma liderada por los Jesuitas logrará reducir la influencia protestante en Polonia, Bélgica y Hungría, tras el tñermino de la guerra de los treinta años en 1648, Europa quedará dividida confesionalmente en un sur católico y un norte protestante.