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Francisco penzotti, el Apóstol del Colportaje bíblico

por rev- David Muñoz C.

La relación entre cultura y desarrollo no sólo constituye una oportunidad para el crecimiento de las artes y del patrimonio histórico; también plantea un debate más profundo sobre el rol que se le confiere a la cultura en la sociedad que se está construyendo. Por ello, es relevante el tema de la cultura al interior de una sociedad. La cultura se puede definir como la oportunidad de desarrollo de una nación, es un espacio de reflexión, sobre el rol de la cultura en un país que aspira a alcanzar un desarrollo integral, mostrando la capacidad de transformación que la cultura tiene en ciudadanos activos, en la calidad de vida de las personas y en promover el emprendimiento y la innovación.
En el presente artículo nos hacemos cargo del papel que jugó la Biblia en la construcción de identidad nacional y de desarrollo de los habitantes de nuestro país, y en forma especial de cómo aportó a este propósito el Rev. Francisco Penzotti al crear con su método una verdadera escuela de instrucción bíblica y distribución de la Biblia.
La irrupción de la Biblia en Chile no tiene una historia muy larga, como ocurre también en otros lugares de América Latina. Se trata de una experiencia reciente que se remonta no más allá del siglo pasado. Fueron insignes protestantes anglosajones los que trajeron la Biblia a mediados del siglo pasado, promoviéndola y fomentando su lectura.
Se les reconoce el mérito de haberla introducido en la sociedad chilena para producir una nueva experiencia de pueblo creyente, frente a una tradición católica, que estaba al alcance sólo del clero ilustrado. No obstante, en esta experiencia protestante la lectura de la Biblia quedó reducida, en la mayoría de los casos, a los sectores sociales medios en donde se ubicaban los inmigrantes y algunos sectores populares; sirvió, primero, para alfabetizar y, segundo, por vía de lo primero, evangelizar nuevamente a un pueblo nominalmente católico.
Es así como la Sociedad Bíblica Chilena se asienta en la cultura nacional, primeramente a través de proyectos privatistas, luego con proyectos apoyados por sociedades misioneras foráneas para lograr su reconocimiento jurídico de derecho privado y público, logrando así la creación de una entidad de carácter no gubernamental denominada Fundación Bíblica Chilena.
Uno de los personajes insignes del colportaje bíblico en el cono sur de América Latina fue el metodista Rev. Francisco Penzotti, quien naciera en 1851 en la ciudad de Chiavenna, Italia. En 1864 llega a la ciudad de Montevideo, Uruguay, a la edad de trece años. En 1870. Se casa con Josefa Joaquina Sagastibelza, nacida en Elduayen, España. La ceremonia religiosa se realizó en la catedral de Montevideo. Tienen ocho hijos: Adela, Francisco, Alberto, Elisa, María Esther, Pablo, Pedro, Daniel. En los primeros días del año 1876, conoce el Evangelio en Montevideo, Uruguay, donde se produce su conversión a Jesucristo, en el templo metodista de la calle treinta y tres.
A su cargo estaba el Rev. Dr. Thomas B. Wood, quien hizo realidad esta anhelada búsqueda espiritual de Francisco Penzotti. Al momento de su conversión canta el antiguo himno que en su coro dice: “Yo me entrego a ti, Yo me entrego a ti, Mis flaquezas y pecados todo traigo a ti”. Desde ese día Francisco Penzotti fue fiel al Señor, tal como lo prometió cantando ese himno, la bondad de Cristo fue la historia que predicó, no solo en Chile, sino que en el resto del país que conforman América Latina.
Cuando Francisco Penzotti se convirtió al evangelio vio la necesidad de llevar la Biblia a toda persona, distribuyéndola de casa en casa, de pueblo en pueblo. A este trabajo se dedicó por completo. Su testimonio de vida y consagración al ministerio de la distribución de la Biblia y evangelización de nuevos creyentes, nos sirva de ejemplo a todos los creyentes y de manera muy especial a asumir la tarea que el Señor Jesucristo nos ha encargado: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:19-20).
Inspirado en las prácticas evangelizadoras de la iglesia primitiva, Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. (Hechos 5:42) y Lucas en su evangelio dice: “Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir”. (Lucas 10:1), desarrolla una de las metodologías más usadas por las iglesias evangélicas: el predicar en los hogares usando la Biblia como libro maestro y el colportaje como canal de distribución de las Sagradas Escrituras.
En 1883 el Rev. Francisco Penzotti se dirige a Chile, cruzando la cordillera de los Andes y pasando por la ciudad de Tacna, en la cual permanece un buen tiempo. En el año 1887 la Sociedad Misionera Metodista nombra a Francisco Penzotti como Agente de la Sociedad Bíblica Americana, para actuar como colportor de biblias en la costa del Pacífico.
El método que acuña Penzotti es el registrado por el evangelio de san Lucas capítulo diez, logrando no solo la organización de los hermanos en las iglesias para salir a ofrecer más de 8.000 Biblias casa por casa, sino que también logra de paso adoctrinar a sus colaboradores, generando de esta manera una verdadera escuela de formación bíblica.
“Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están” (Hechos 15:36). Inspirados en las palabras que Pablo le dijo a Bernabé, Penzotti realizó su “segunda visita misionera”, donde obtuvo admirables experiencias.
Por una parte encontró personas interesadas en la lectura de la Biblia, las cuales lo acogieron con alegría, y otros querer seguir siendo instruidos en los contenidos de las Sagradas Escrituras.
En reconocimiento a su destacada labor del colportaje bíblico en 1906 el Rev. Francisco Penzotti fue nombrado Secretario Ejecutivo de la Agencia Bíblica del Rio de la Plata, con asiento en la ciudad de Buenos Aires. A esto se debe agregar el incansable trabajo que siguió realizando en la formación de personas, visitas a iglesias y distribución de la Biblia.
Con la muerte del Rev. Francisco Penzotti en 1925 este sistema de distribución de Biblias es adoptado masivamente por las Sociedades Bíblicas organizando en 1956 una escuela cuya labor consistía en volver a encender en el seno de las iglesias evangélicas la tarea de anunciar el evangelio casa por casa. Así nace el Instituto Francisco Penzotti.
Si tuviéramos que resumir la labor de este gran hombre de Dios, podríamos decir que su misión fue la de llevar el mensaje del amor de Dios a todas las personas. Por esta causa instruyó a los creyentes para que de dos en dos, salieran a evangelizar, llevando consigo ejemplares de Biblias y la pusieran al alcance de todos en el idioma que la pudieran leer.
El trabajo que Sociedad Bíblica Chilena ha realizado desde 1822, hoy en día bajo la dirección del hermano Francisco Viguera Errazu, Secretario General de Sociedad Bíblica Chilena y además es Presidente de la Junta de Área de Sociedades Bíblicas en las Américas, nos muestra como la labor del Rev. Francisco Penzotti ha sido desarrollada a través del tiempo.